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Colegio Bennett, The Place to Be.

lunes, 25 de enero de 2016

Celulares y Niños ¿A qué edad?


Cada vez es más usual que los niños reciban como regalo un celular (móvil en algunos países). Todos los niños quieren un aparatito de esos, sofisticado, de los más “inteligentes”, y algunos padres de familia nos planteamos si debemos comprárselo o no. 
Un teléfono móvil puede ser una gran herramienta para entretenerse y para el aprendizaje, pero hay que saber administrarlo. ¿Qué debemos tener en cuenta? ¿Hay una edad adecuada?

No tan pequeños…
En Colombia un estudio de la Fundación Telefónica reveló que el 42 por ciento de los niños de 6 a 9 años de edad tiene un celular. Dicha edad, según expertos en sicología infantil, no es correcta para darle un móvil a un menor pues sus niveles de responsabilidad y de detección de riesgos en las comunicaciones digitales no son lo suficientemente sólidos o bien formados.
De acuerdo con la Regla 3, 6, 9, 12, la edad más adecuada para que los niños tengan en sus manos un celular es a partir de los 12 años y casi siempre es provocado para evitar un rechazo social y quedar incomunicados por la entrada de WhatsApp, el servicio de mensajería instantánea más utilizado a partir de esa edad. Es cierto, no entrar gradualmente a esos grupos o a redes sociales implicaría no estar conectado con el resto de su grupo de pares.
Se recomienda que antes de comprarle el celular a sus hijos, los padres de familia se pregunten si en vital que se lo compren, para qué se necesita y si consideran que su hijo tiene la madurez y la responsabilidad necesaria para su uso porque son muchos los riesgos que se pueden llegar a correr.

¿Qué riesgos existen?
El aparato no es un problema como tal. Lo problemático son ciertos hábitos y contenidos que conlleva el dispositivo, para lo cual, como padres, debemos mantener la alerta máxima. Veamos algunos:

Mal manejo de la intimidad: como hemos visto en otros escritos, el sexting es uno de los problemas que se puede presentar; también se pueden tener problemas por publicar información privada o muy comprometedora en las redes sociales.

Incomunicación: suena contradictorio y hasta extraño, pero así como el celular facilita la comunicación en ocasiones puede generar todo lo contrario cuando los niños no tienen normas como no usarlo en la mesa cuando se cena en familia o dejarlo a un lado cuando se pasa tiempo con los padres, hermanos, familiares y amigos.

Poco descanso: cuando no existen normas claras el niño puede permanecer hasta altas horas de la noche “pegado” al aparato lo que genera poco descanso, malos hábitos de alimentación y sueño. Este fenómeno se conoce como “vamping”.

Por estas situaciones los expertos aseguran que la edad recomendada es a partir de los 15 años de edad, en donde los niños ya son capaces de utilizarlo de forma más responsable, pero eso no significa que no se corran riesgos y la orientación de los padres de familia es fundamental.

Tenga en cuenta…
Dejar de lado y apagar el celular cuando lleguen a casa. Es importante que los niños sepan que una vez entran a casa se debe vivir al máximo el tiempo con la familia. Apagarlo, además, les evita ansiedad por esperar que los llamen o mirar si les llegó un nuevo mensaje.
La privacidad es una lección que debemos enseñarles. Es bueno que los niños sepan proteger su intimidad y privacidad evitando publicar contenido inadecuado propio o de otra persona.
El ejemplo que podamos darles juega un papel fundamental. Es el mejor maestro: no le pidamos a nuestros hijos lo que no somos capaces de hacer. Cuando lleguemos a casa apaguemos el aparato y dejemos la oficina atrás. ¡Vivamos con nuestros hijos el tiempo valioso en familia!
Los dispositivos electrónicos, como el celular, son una maravilla y nos facilitan muchas cosas. Pero debemos aprender a utilizarlos y ayudar a nuestros hijos a hacer un uso seguro, constructivo y responsable.


Artículo elaborado por Juan Camilo Díaz Bohórquez para LaFamilia.info. Tomado de la página http://www.lafamilia.info/index.php?option=com_content&view=article&id=2736:celulares-y-ninos-ia-que-edad&catid=130:blogs-juan-camilo-diaz-bohorquez&Itemid=184  y reproducido en el M@il PaPaz # 126, diciembre de 2014. Los conceptos emitidos comprometen únicamente al autor.

¿Cuáles son las consecuenciasdel consumo de alcohol en menores de 18 años?

Consumir alcohol en la infancia y en la adolescencia es nocivo, independientemente de la cantidad o la frecuencia con que se haga. Principalmente porque el alcohol genera daños en su organismo, los expone a mayores riesgos y es ilegal.
Durante las últimas décadas la evidencia científica ha permitido entender por qué es diferente que un adulto se tome un trago de vez en cuando, a que un niño o joven lo haga. Algunos de esos nuevos conocimientos que muestran la inconveniencia del consumo en menores de 18 años son:
  • Iniciar el consumo de alcohol antes de los 18 años aumenta la probabilidad del continuarlo en la adultez, así como la de recurrir a otras drogas como la marihuana o la cocaína. En Colombia se ha encontrado que quienes inician el consumo de alcohol a los 14 años o antes, tienen un riesgo 4 veces mayor de presentar consumo problemático de alcohol y 10 veces más de utilizar otras sustancias, en comparación con los que empiezan a beber después de los 21 años
  • El consumo de alcohol en menores de 18 años puede influir de manera negativa en el desarrollo del cerebro
  • Debido a que el consumo de alcohol a corto plazo afecta la memoria y el aprendizaje; los adolescentes bebedores tienden a obtener los más bajos resultados en su rendimiento escolar
Maduración del cerebro entre los 4 y 21 años de edad
La imagen muestra la maduración del cerebro entre los 4 y 21 años de edad. Las partes azules indican qué áreas se encuentran completamente desarrolladas, mientras que las rojas, verdes o amarillas todavía no lo están.
Como podemos apreciar, el cerebro termina su maduración hacia los 21 años; la corteza pre-frontal es la última en desarrollarse. Esta área se encarga de tareas como el control de impulsos, el raciocinio, el juicio, entre otras.
Con esta imagen podemos ver por qué no es lo mismo que un adulto se tome un trago de vez en cuando, a que un niño o un joven lo haga, pues el cerebro de estos últimos todavía no se ha desarrollado y por lo tanto no puede asimilar el alcohol de la misma manera que un adulto.

Los adolescentes consumidores de alcohol, problemáticos, tienen un hipocampo...
Los adolescentes que toman alcohol de forma abusiva  tienen un hipocampo (órgano del cerebro encargado de la memoria) 10% más pequeño en comparación con jóvenes que no toman nunca, lo cual se evidencia en dificultades para aprender y almacenar nueva información.
 Tomado de: Bellis MD, Clark DB, Beers SR. Hippocampal volume in adolescent-onset alcohol use disorders. Am J Psychiatry. 2000; (157)



Esta imagen muestra la actividad cerebral durante un ejercicio de memoria en un joven de 15 años que no consume alcohol, comparada con la actividad cerebral de otro que sí lo hace.
Puede verse como el cerebro del joven que no toma (el de la izquierda) tiene muchas más partes del cerebro activadas mientras recuerda cosas.

(Tomado de la edición de Octubre del 2002 de Brain Briefings. La investigación original es de Susan Tapert)

Además de lo anotado anteriormente, como el alcohol llega a todo el cuerpo a través de la sangre, cuando el adolescente toma y además abusa del alcohol, es decir, cuando bebe en una cantidad y frecuencia que es dañina para el organismo, el consumo puede hacerlo vulnerable a otros riesgos que afecten su salud y bienestar, como por ejemplo:
  • Alteraciones en el desarrollo y crecimiento de los huesos
  • Mayor predisposición a enfermedades respiratorias
  • Mayor susceptibilidad a contraer infecciones
  • Trastornos del sistema endocrino: disminución de la producción de la hormona del crecimiento (GH) encargada no sólo del crecimiento y el desarrollo sino también de los procesos de diferenciación sexual y maduración en la pubertad
  • Retardo en la maduración de los caracteres sexuales secundarios (características fisiológicas que permiten distinguir al hombre y a la mujer, diferentes del aparato reproductor, como por ejemplo, la barba y la voz)
  • Trastornos cardiovasculares: alteraciones del ritmo cardiaco, hipertensión arterial y miocardiopatía dilatada por consumo crónico (afección a partir de la cual el corazón se debilita y se dilata y no puede bombear suficiente sangre al resto del cuerpo)
  • Trastornos gástricos: irritaciones en la pared intestinal que aumentan la probabilidad de desarrollar gastritis, vómito y alteraciones del tránsito intestinal
  • Cáncer: la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer afirma que hay suficiente evidencia en humanos para concluir que el consumo de alcohol causa cáncer de cavidad oral, faringe, laringe, esófago, colon, recto, hígado y mama en la mujer. Cabe recordar que el consumo masivo de alcohol en adultos también está asociado con esta enfermedad; sin embargo, mientras a más temprana edad empiece una persona a tomar alcohol, mayor riesgo tendrá
También se encuentran otros tipos de riesgos o daños asociados al consumo de alcohol durante la infancia y la adolescencia:
  • Mayor probabilidad de desarrollar problemas del estado del ánimo, como depresión o ansiedad
  • Aumento en la probabilidad de realizar conductas sexuales de riesgo que pueden llevarlos a contraer enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados
  • Mayor probabilidad de ser víctima de delitos como violación, robo y agresión
  • Se ha visto que el inicio del consumo a temprana edad aumenta las probabilidades de ser víctimas o estar vinculados con crímenes violentos
  • Dificultades académicas (ausentismo, deserción escolar, dificultades en el aprendizaje, entre otros)
Es importante que ahora que dispone de esta nueva información, empiece a tenerla en cuenta para tomar nuevas y mejores decisiones.

Artículo tomado del Kit Angel Protector de Red Papaz. http://www.redpapaz.org/